"La Condena" es un sketch que escribí en el año 2004 y que de cierta forma, ha sido la obra más polémica de las que hemos puesto en escena. Tal vez sea por su carácter directo que algunos "personajes" de la vida real con los que, "nos codeabámos a diario", pusieron el grito en el cielo y, según ellos, era necesario hacerle algunas "reformitas" ya que dizque era muy ofensiva para algunos miembros de la "izquierda". Pero como mi conciencia (y a pesar de estar en formación), era más fuerte que la inconsciencia, decidí dejar la obra así y además, escribir la segunda parte que entonces llamé: "La Ejecución". Inclusive, tuve problemas con unos dos o tres integrantes del grupo, porque en principio estaban de acuerdo con los conceptos de aquellos nunca olvidados oportunistas. Hoy eso me produce una pequeña sonrisa, una sonrisa culposa, porque cuando escribí la obra, de cierta forma eso era lo que pretendía: que hubiese una gran polémica: entre los actores y yo, entre los espectadores y yo, entre los oportunistas y los actores. Pero hubo enseñanzas y la más importante, fue que los actores supieron identificar a ciencia cierta, quienes eran oportunistas y quienes, verdaderos luchadores. Al final los actores, me ofrecieron disculpas aunque siempre pensé que no era necesario.
La puesta en escena de esta obra, es decir, el producto final que es llevado al público, nos ha proporcionado siempre gratas satisfacciones; es una obra que se compenetra mucho y directamente con el público espectador, tanto así, que los hacemos partícipes directos de la actuación sin que ellos se lo esperen. Habría que contar en otra ocasión, las tantas anécdotas que, con el montaje de esta obra, hemos tenido. Ahí pues, queda plasmada en este blog para quien se deje llevar por la tentación de ponerla en el teatro y se atreva crear una controversia de la cual hago se pueda aprender. Y, además, como pueden notar, el primer cuadro es un homenaje a los mártires de Chicago.
La
Condena
De:
L. F. Nikho
Preso
II
Mujer
I
Mujer
II
Mujer
III
El
Juez
Hombre
Maquina I
Hombre
Máquina II
Cuadro
I
PRESO I: (Como encerrados en una celda). Para las leyes de nuestro país lo más
importante no es la guerra sino, cómo mantenerla. Lo primero es algo secundario, pero lo
segundo es algo primario; es decir, el presupuesto para la guerra es lo más
sagrado… venga de donde venga.
PRESO II: Y
definitivamente los verdaderos afectados somos nosotros: los de abajo, los
proletarios, los campesinos. Incluya
usted a profesores, médicos, trabajadores de la salud, quienes se ven perjudicados
por la crisis actual.
PRESO I: El
Estado sabe muy bien cómo mover sus fichas.
La táctica es obligarnos a enfilar sus ejércitos de defensa, a dar la
vida por “la patria”, mientras los ricos, claramente amasan sus ganancias.
PRESO II: La
soberanía me causa una profunda, pero desconcertante risa. ¿Para qué la patria si aunque la llamen
nuestra, es del oligarca?
PRESO I:
Pero eso es lo que entendemos… por amor a la patria (con sarcasmo).
MUJER I: Por amor a la patria mis hijos empuñaron el
fusil, el gobierno los envió al monte y sus vidas se perdieron. Por amor a la patria la soledad me acoge
ahora y sin rumbo ni destino, mis pasos son la trayectoria de la muerte. (Sale).
PRESO I: Los
mataron. ¿Pero qué más da en un país
donde la muerte trafica con el hambre y la necesidad se ha prostituido en las
conciencias?
PRESO II: (Mirando al Público). La situación nos desalienta: la carne de
cañón, es nuestra propia carne.
PRESO I:
Conejillos de indias incapaces de entender la verdad que en este “juego” se
esconde y que es un as para mantener la democracia.
PRESO II:
Claro está, la democracia desde el punto de vista de los ricos.
PRESO I: Una
democracia que nos niega la igualdad.
Todo está tras bambalinas, oculto con astucia, nos proyectan un mundo
falso y nos hunden en los sueños.
PRESO II: Es
cierto. El verdadero mientras tanto…
espera a ser mostrado. Ya se ha dicho
antes: el Estado sabe muy bien cómo mover sus fichas.
PRESO I:
Pero no basta con saberlo compañero, una imagen puede más que mil palabras y
del dicho al hecho, hay mucho trecho.
PRESO II: Eso
es significativo; pero mire usted: en este país donde la miseria aguanta, a
duras penas el inconformismo… lo llevamos a la práctica.
PRESO II:
Interpretación amigo mío, interpretación.
Por ejemplo y para no ir tan lejos, la lectura que hacen del marxismo
los lleva a tener conceptos individualistas, en el mejor de los casos porque en
el peor, los ejemplos son innumerables: corrupción, traición, deslealtad y
muchos otros aspectos para no andar con redundancias.
PRESO I: Se
hacen la guerra entre ellos mismos y terminan siendo competencia.
PRESO II:
Como cazadores de recompensas quieren rellenar ejércitos de seguidores sin
tener en cuenta los procesos.
PRESO I: De
todas formas es que el asunto no es rellenar como usted dice. Lo que hay que hacer es plantear nuevas
tácticas, el cambio indica nuevas situaciones con sus nuevos problemas y así
por ende, nuevas formas de proceder. Hay
una frase que aquí podemos acomodar: “En la práctica hay que avanzar paso a
paso; la teoría, en cambio, debe contener toda la marcha.”
PRESO II: Los
reclutadores de gente para el proceso, rezan muy bien con el segundo punto, el
de la teoría, pero lo aplican al primero, al de la práctica. Ojean cualquier libro de Marx o de marxismo, y ya se creen marxistas. Para ellos la práctica no incluye una verdad
científica y hasta son dogmáticos.
PRESO I: Los
cambios deben ser planificados, planteados desde las necesidades actuales y no
desde los conceptos personales e interpretativos de quienes pretenden hacerlos.
PRESO II: Eso
es muy cierto, mon bon ami.
PRESO I: El
punto es que el interés personal está por encima de los intereses
sociales. Las bocas se ensanchan para
hablar de sociedad y por debajo de la mesa conciertan con el enemigo. Una actividad con ánimo de lucro. Esas son cuestiones que ponen en ridículo la
teoría y la práctica ni siquiera es consecuente.
Cuadro III
(Suena música: Novemver
25, Morning –Philip Glass / Mishima-. Los presos empiezan a recorrer la celda
imaginaria intentando derribar un muro. Luego entra El Juez con los Hombres
Máquina marchando y dirigiendo con cuerdas a la Mujer II que hace las veces de
una marioneta. El Juez le ordena con
señales que saque a tres personas del público al azar con el fin de que sean
los jurados; mientras esto sucede, los Hombres Máquina se ponen por debajo del
juez utilizando los tableros ,esta vez como una mesa. Al terminar la música entra la Mujer III
cruzando el escenario mientras habla).
MUJER III: La gente me señala diciendo que soy comunista; apedrearon mi casa y mandaron panfletos. Las amenazas llegaron quebrando ventanas, no entiendo por qué lo hicieron si ellos son de mi clase. Tengo hijos que alimentar y que vestir pero mientras más pasa el tiempo, más cada vez es imposible.
EL JUEZ:
¿Qué pasa mujer? Esa es la ley de la vida; el que seas tan pobre no es culpa de
nadie, si para ti la desventaja es asfixiante, qué podemos hacer si hay cosas
más importantes.
(La Mujer III sale).
PRISIONERO I: (Al público). La necesidad apremia mientras el hambre
agita. Gastando culo en los debates el
Estado todo lo resuelve; para callar las muchedumbres ahí están los militares,
pero para callar intelectuales, las capuchas tienen la estrategia.
EL JUEZ: (Dirigiéndose al público y luego a los
jurados). A estos prisioneros se les
acusa de traición a la patria. Ustedes señores,
miembros ilustres y destacados de la buena sociedad, y que rigen domicilio en
esta ciudad amparada por el cobijo de Nuestro Señor, han sido elegidos como el
jurado. Así pues que también hacen arte
y parte de este complicado cuadro. Las pruebas
ya las escucharon, y por lo tanto, tienen un minuto para dar el veredicto. (Pasa
un personaje con un reloj grande que dice: “1 Minuto”). Como han visto honorables señores del jurado,
ya ha pasado el minuto. (Pausa).
Y… (Mirando alrededor del público), ¿cómo declaran a los acusados? ¿Inocentes… o culpables?
EL JUEZ: (Si la decisión es INOCENTES). Entonces ustedes
serán culpables por encubrimiento. Serán
decapitados y luego sus cabezas serán expuestas en la plaza pública para escarnio
del pueblo. (Da golpes con el martillo sobre la mesa). De este modo se levanta la sesión y los
presentes, que saquen entonces sus propias conclusiones.
EL JUEZ: (Si la decisión es CULPABLES…). Me lavo las
manos. Ha sido decisión de ustedes
ilustres integrantes del jurado, declarar a estos acusados como culpables y por
lo tanto, ellos serán condenados. (Pausa).
La condena ya se ha decidido. Mas
con la traición de ustedes que a la larga vienen siendo de la misma estirpe,
también pagarán y habrá un plazo perentorio para ser ejecutados. (Da
golpes con el martillo sobre la mesa).
Desde este momento se levanta la sesión y los presentes, que saquen entonces
sus propias conclusiones.
27 DE
ENERO DE 2004