El
Proceso de Depuración
Por: L. F. Nikho
En
el año 2003, cuando el Grupo Teatral Antípoda
apenas llevaba un recorrido de dos años, decidí empezar una investigación y
experimentación aplicable para la formación actoral, teniendo en cuenta que con
quienes trabajaba, tenían ciertas limitaciones (en ese entonces), de tiempo,
voluntad, economía y capacidad.
Y
ya que pienso que el teatro es un arte que no necesita talento sino trabajo, me
di a la tarea de buscar diferentes métodos acoplables a los inconvenientes propios
de mis compañeros actores, que ya tenían sus propias dificultades.
No
trato de que este sea el paradigma o la guía fundamental de una formación en el
teatro; es, a lo sumo, una contribución responsable a las artes escénicas de
los oprimidos, pues hay que tener en cuenta que como yo, también existen otros
individuos carcomiéndole al teatro burgués para refutarlo.
Los
términos que utilizo, tal vez sean los que mejor pude adecuar (espero que no se
les confunda desde ningún concepto, con algunos términos del gnosticismo); y
valga aclarar de una vez, que lo escrito es enfocado hacia personas que tengan
que ver con el teatro propiamente dicho, aunque cada cual es libre de leerlo.
Bueno, esto es lo que queda de mi propia cosecha.
Teatro: Formación del
Individuo
Nuestro
acercamiento al teatro es cada vez más distante, tanto para el público
espectador como para la gente que se mueve en su entorno: actores, directores,
productores, dramaturgos, técnicos y demás.
Me refiero a que el modo de producción actual, es más una especie de
“híbrido de profesiones”, que teatro propiamente dicho.
Es
ya sabido que el teatro se hace desde casi siempre, inclusive si se tiene en
cuenta el nacimiento del teatro de occidente cuando los hombres rendían culto a
sus dioses o a los seres sobrenaturales en los que creían; la expresión, la
imagen y los símbolos han demarcado una pauta importante en el quehacer diario
de la existencia humana y el teatro no se ha quedado atrás de esta situación.
El
hombre busca comunicarse, proyectar sus pensamientos a otros hombres, busca
hacerse sentir. De un modo concreto, su
cuerpo es el templo de sus ideas, afuera es la fuente y, ya sea mecánica o
naturalmente, esas ideas se ven reflejadas en su afán de comunicación. A través de la historia, las concepciones han
cambiado porque hemos evolucionado, y se han generado nuevas capacidades y nuevos
medios para comunicarnos.
Por
medio del teatro, el individuo-actor,
va entendiendo su entorno desde diferentes ángulos (multilateralidad), de una
manera conciente; gracias a una serie determinada de ejercicios y prácticas
determinadas, sus sentidos se van desarrollando y transmiten la lógica de la
idea a un nivel conceptual avanzado que llamamos: Expresión Artística.
Pero
hay que entender que no sólo los sentidos propios o individuales deben importar
en este proceso, la correlación que existe con otros individuos-actores también
es importante, además que trascendente, ya que el teatro debe crear en el
individuo-actor tal conciencia de los sentidos, que éste a su vez debe procurar
una conexión que lo relacione directamente con los sentidos del o de los otros. Es como un intercambio de información que se da
como acción y respuesta al mismo tiempo.
En
los ejercicios teatrales hay que plantearse estas hipótesis mediante fórmulas
que se despejen con el error, teniendo en cuenta que es a partir de éste, que se
intentará encontrar el acierto. El
estímulo de los sentidos sólo, y únicamente, se adquiere con la práctica, con
la conciencia diaria del acto.
El
individuo-actor va adquiriendo una conciencia lógica de su cuerpo y el “mandato”
que la idea tiene sobre él, dominando la acción corpórea y traduciéndolo luego
en expresión artística en un nivel más avanzado y consecuente; conociendo
las capacidades y límites de su corporalidad y las capacidades y límites que lo
relacionan con otros cuerpos.
He
ahí por lo tanto, la importancia de los ejercicios teatrales de la conciencia
física-motriz-cognitiva en la formación del individuo-actor: busca,
estimula, acciona, reacciona, observa, capacita, limita, formula, crea y
responde.
Visto
de este modo, la depuración empieza a obrar en el individuo, antes que en el
actor, de una manera gradual y conciente; pero esta depuración empieza desde un
punto que llamaremos “El Estado Más Uno”:
(E+1), es decir, el estado del conocimiento actual del individuo, llevándolo
luego a su propio desconocimiento: “El
Estado Cero”: (E0), para adquirir después un conocimiento diferente e ideal,
necesario en el teatro: “El Estado Menos
Uno”: (E-1).
Es
como purgar el cuerpo y desparasitarlo de
ciertas costumbres alimenticias, para luego acostumbrarlo a nuevas y más
sanas costumbres alimenticias. Por eso
se hace necesario un desequilibrio dentro del equilibrio para llegar nuevamente
a un equilibrio, esta vez, un equilibrio conciente.
Hemos
experimentado y aplicado al teatro esta teoría de la depuración mediante
ejercicios progresivos y de inversión, es decir, se empieza en un equilibrio
que es en principio el estado de esencia actual del individuo (E+1), luego marcamos
un desequilibrio en el que se busca eliminar transitoriamente esa esencia actual:
(E0) y luego, empezamos a equilibrar nuevamente una esencia pero
enfocada en otra concepción diferente que en principio el individuo-actor tenía: (E-1).
Veamos:
el individuo-actor originariamente tiene una concepción definida (a su manera)
de los objetos que lo rodean, por ejemplo: “pared”,
desde ese punto se le puede estimular a esbozar relaciones de la pared con
otras circunstancias al azar y haciendo partícipes la mayoría de sentidos
posibles. Luego vemos que
sistemáticamente, irá entendiendo poco a poco y progresivamente, cuestiones que
antes ni siquiera se preguntaba ya que se le han planteado adrede nuevas
perspectivas que le son extrañas, e invertiremos los conceptos hasta llegar a un punto cero que será la
incertidumbre. Después se plantea una
confrontación y una unificación que deviene una respuesta lógica llegando así
nuevamente a un estado progresivo de definición. Ya en este nivel de ideas el individuo-actor
no hará inconscientemente relaciones de una cosa con otra, sino, entenderá y
sentirá esas relaciones.
La Pérdida del “YO”: +1
Hacia 0
En
este punto nos enfocaremos en el primer paso del equilibrio del individuo-
actor y lo llamaremos: El Equilibrio del
“Yo”. Tengamos en cuenta que el Yo (dentro
del Proceso de Depuración), es la significación de lo interno como profundidad
y esencia en la totalidad del cuerpo, de sus actividades motrices y
cognoscitivas.
Hay
que entender que el Estado Cero no significa un punto nulo o sinónimo de tener la mente
en blanco, sino, un punto intermedio entre el conocimiento actual y el
conocimiento futuro. Es decir, un punto
de incertidumbre, de duda, generado básicamente por ejercicios que crean dicha
duda.
En
el cerebro del ser humano se van desarrollando procesos que interactúan entre
sí y que determinan su personalidad; los cuales (en su mayoría), son la
respuesta orgánica y sicológica de los estímulos directos e indirectos que le
va proporcionando el entorno social y material por antonomasia. De cierto modo nuestras concepciones son
herencia de otras concepciones a fuer de
imposición y dominio.
El
primer paso es entender conscientemente el equilibrio actual, nuestra
concepción e ideas del mundo. El
entendimiento de nuestro entorno social nos llevará a sacar resultados sobre la
transformación histórica que nos deviene tras relacionar diferentes ideas entre
sí y tratar de determinar si son lógicas.
Luego es necesario que relacionemos esas ideas con otro entorno diferente
al nuestro o quizá otro punto de vista. Este
punto de equilibrio debería empezar a desequilibrarse gradualmente, pues ahora los
conocimientos avanzan hacia cero (incertidumbre).
Al
principio de la formación actoral, hemos experimentado durante algunos ensayos con
una gran variedad de ejercicios y en los que estimulamos que el actor recorra
los espacios de su entorno físico teatral, teniendo en cuenta su naturalidad,
es decir, lo que es el individuo-actor comúnmente (E+1), luego tratamos que
incorpore movimientos y palabras nuevas para él, de un modo progresivo, y en
consecuencia, resulte adrede una personalidad diferente a la acostumbrada
“(actuar lo diferente)”.
Al
cabo de algunas semanas, Hemos notado cómo el pensamiento y el cuerpo del actor
se sienten diferentes y sus concepciones empiezan a ser nuevas aunque ambiguas
acercándose al estado cero del proceso.
De
algún modo, el Yo actual va desapareciendo y la incertidumbre organiza nuevas
ideas, la transición del estado cero causa un desequilibrio, pues el
individuo-actor no sabe cuál es el camino o hasta puede suceder que no lo
acepte (en principio). Así ha terminado
la primera etapa del proceso.
·
A) Empezar en el equilibrio actual de
conocimiento.
·
B) Ir hacia el desequilibrio al buscar nuevos
conocimientos.
·
C) Llegar al desequilibrio al confrontar los
nuevos conocimientos con los viejos conocimientos.
·
D) Estar en el estado cero.
La Búsqueda del Yo
Conciente: Cero Absoluto (0…)
La
búsqueda del Yo Conciente empieza desde el estado cero, en el punto exacto del
desequilibrio imponiéndose la incertidumbre, ocasionada por la pérdida del Yo y
la imperiosa necesidad de acomodar las ideas.
Ya
las diferentes concepciones que le son novedosas al individuo-actor, orbitan en
su desequilibrio, ahora se plantea, experimenta, indaga, y busca encontrar el camino; después intenta acomodar
las piezas mediante el raciocinio y la adquisición de conceptos lo empujan a reorganizar
su esencia. Pero para ello ha desatado
una intensa lucha de aceptación adaptando así el segundo paso del Proceso de Depuración.
El
individuo-actor al “desintoxicarse” de los viejos conceptos, es decir, al no utilizarlos
ya, al no ser parte de su vida práctica y al sentir que ya no tiene bases sólidas
para defenderlos, aunque los conozca, notará que su cuerpo físico y su aspecto síquico
se verán obligados a buscar un nuevo modo esencial que pueda sostener y
sustentar, pues el ser humano por naturaleza siente la necesidad de definición
de su entorno y por costumbre existe su propio planteamiento.
Al
seguir conectivamente la idea de los ejercicios planteados se sabrá llegar al estado
cero, luego durante los siguientes
ensayos se buscará interpretar diferentes personalidades tanto en su modo de
proceder como en sus movimientos; y por
último, buscará meticulosamente la salida del estado cero de acuerdo a su
necesidad y estará a punto de encontrar un nuevo equilibrio, suponiendo de tal
modo que trasciende su conceptualización y encontrará así mismo, mediante el
proceso, el inicio del equilibrio nuevo (E-1), su nueva esencia.
El
Naturalismo de Stanislasvki propone ciertas técnicas en las que el actor
busca la representación natural del personaje, es decir, el actor debe conocer
profundamente al personaje y ser él, olvidarse de su estado esencial como individuo
e imponer otro estado esencial en quien representa. Es como si el actor dejara de ser “individuo en sí mismo” y se convirtiera
en “personaje en sí mismo”. Por lo que se dice que es una “actuación más
real” y de mayor emotividad (Naturalismo), generando por lo tanto en el actor y
en el espectador, un estado sentimental de identificación con cierta idea
subjetiva de la realidad. Lo cual impide
una reflexión y un estado de razonamiento en el actor (porque se cree lo que es
el personaje) y en el espectador (porque lo conmueve el personaje pero no lo
invita a preguntarse {acepta, no medita}).
El
proceso de Depuración lo que busca es una reflexión objetiva del Yo a través
del entendimiento social-cultural y dialéctico que nos conduzca al conocimiento
de la materia y el movimiento en espiral como explicación de nuestra
existencia. Y, donde el arte del teatro
a través de la semiología que le caracteriza, pueda escudriñar desde el
individuo-actor las posibilidades de transformación y devele la inconcordancia
del realismo que le antecedía.
En
este proceso el significado puede llegar a variar respecto al significante
puesto que al desapegarse el individuo-actor de la cotidianidad semiológica
acostumbrada, recalará por obviedad en otros puntos de vista típicos y
multilaterales relacionados con el enfoque de un realismo dialéctico y
práctico.
La Esencia del Yo Conciente:
(E-1).
“El
Yo Esencial” es el resultado de la práctica conciente que ha pasado por el Proceso
de Depuración. En este punto los
conceptos han cambiado y la visión de las cosas es diferente en tanto que
objetiva; ya no es la búsqueda de la esencia sino, ella misma; ya no es el
punto cero sino, el -1; ya no es la incertidumbre sino la razón concreta con
bases sólidas y fundamentadas.
Ahora
el individuo-actor se ha “reformado” y debe enfocarse en la perspectiva del
concepto material, por lo cual su esencia se tornará práctica; la razón de su
cuerpo y de su mente trabajan conectadas entre sí, no hay desconexión abrupta
entre estos elementos ya que coinciden en la realidad lógica y palpable, no en
los supuestos subjetivos de la materia por la idea.
Entenderá
el movimiento como esencia del instinto y expresión del cuerpo material; será
el dominador de sus capacidades intelectuales, las que trabajará cada vez más en
sus ejercicios de constancia, memoria y permanencia.
Aquí
cabe decir que es muy importante el ejercicio diario de esta “retroalimentación” con puntos que
mantengan el equilibrio consecuente de su formación actoral enfocada en el
materialismo dialéctico.
En
esta etapa del Proceso de Depuración, en ocasiones se ha notado que algunos
individuos-actores manifiestan un estado de depresión (culpabilidad inocente) o
de rechazo; es lógico por lo tanto, que se entienda esta situación como el eco
de la pérdida del Yo, pues hay que recordar que se pierde la esencia pero la
información queda aislada en el cerebro.
Sin
embargo, a medida que la nueva esencia se va fortificando y acostumbrando, los
resultados van siendo óptimos.
Con
la esencia del Yo se asume una posición frente a la expresión semiótica del
teatro desde la concepción materialista dialéctica y será parte fundamental en
la educación del individuo-actor, porque éste lo aplicará a su actuación, tanto
en la desconexión y conexión de un personaje en cuanto al medio escénico,
tiempo, circunstancia, así como en la forma de enfocarlo al público.
La
técnica de su actuación se basará, (como dijimos anteriormente), en la
conciencia diaria del acto.
Ahora
sí, el Proceso de Depuración ha logrado uno de sus principales objetivos: el Yo
Esencial, dialéctico, cognoscitivo, trascendente y corpóreo.
El Yo Conciente
Con
el ser esencial cobra vida el Yo Conciente, intrínsecamente. Hablamos del Yo Conciente para referirnos al
estado de análisis objetivo, concreto y real de la concepción materialista
dialéctica del mundo y desde luego, la aceptación de la misma.
El
individuo-actor acepta esta concepción porque durante el Proceso de Depuración
estableció los parámetros de comparación y análisis que le permitieron crear
cambios internos para llegar a una esencia sólida.
Sentirá
una gran limpieza porque ahora su conciencia no es manipulada desde ningún
punto de vista, el trabajo actoral ha descifrado los diferentes aspectos
semiológicos de la relación entre el arte del teatro y la manifestación social
que son tácitos de la acción transformativa.
A
través del teatro el individuo-actor podrá expresar libremente la correlación
del cuerpo y la idea y propondrá nuevas alternativas en el individuo-espectador,
alternativas de la transformación social en tanto que necesidad liberadora. Pues no hay que olvidar que tanto el
individuo-actor, como el individuo-espectador suponen una relación social de
contemporaneidad conciente, tanto inmediata como transitiva.
Ya
por lo tanto, hemos llegado a la conclusión de un proceso de formación actoral
cuya técnica requiere de un compromiso del individuo más allá de una figuración
artística. La experiencia nos pone en
ciernes con la imperiosa necesidad de un teatro nuevo desde el punto de vista del
requerimiento de la transformación social, un teatro dialéctico en todo su
fondo y en todo su contorno, un teatro para oprimidos que se anteponga al
teatro miserable de la inmovilidad.
(Dedicado
a los que han creído en mis ganas de hacer, a pesar de mis errores y por
supuesto, a todos y cada uno que han sido dirigidos por mí en el gran arte del
teatro).
L. F. Nikho
Terminado
de escribir en Manizales, Colombia, el viernes 15 de marzo del año 2013.
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