TEATRO ANTÍPODA

miércoles, 2 de enero de 2013

Contestación a los Burlescos




  
Por: L.F.  Nikho

Pocos grupos teatrales tienen un conocimiento científico de su quehacer cultural y no es precisamente porque la academia haga sus mejores esfuerzos para la divulgación plena de un teatro proletario.  Al contrario, todo aquello que sea mostrado a través de un verdadero concepto revolucionario es señalado con burla por los grandes detractores que pertenecen a un círculo cerrado de “artistas intelectuales” que se llaman así mismos: vanguardistas.
Cualquier cantidad de expresiones de rechazo, críticas rebuscadas y hasta conceptos ignorantes que reflejan indiferencia, deben soportar grupos que irónicamente tienen una estructura de conocimiento, práctica y teoría más sólidas.

En la vida diaria (y sin generalizar), aquellos anteojos de moda, los abrigos negros, las sandalias de cuero, las batas anchas, la mezcla de hippie, indígena y gringo en un solo atavío y una presentación personal descuidada como muestra de una aparente rebelión, no son más que la identificación de intelectualoides desesperados por llamar la atención y convencidos descubridores de “la nueva era”: la era de las oportunidades.
Contra todo este maleficio viviente, consumidores deprimidos de la sociedad; contra sus conceptos sustraídos de la más miserable ignorancia; contra el vandalismo reaccionario de los incapaces; contra el íncubo depravado de una cultura que prostituye a millones de personas; contra todos ellos nos levantamos del subsuelo a recordarles que el proletariado y los campesinos tenemos nuestra propia cultura: una cultura liberadora.
En los inicios del siglo XXI renace de las cenizas un concepto que quieren olvidar quienes se han sentido aludidos por culpa de un teatro conciente de lucha y comprometido políticamente, tienen mil excusas para querer sepultarlo.  Y que se entienda que cuando se habla de un teatro con compromiso político, no se trata del concepto politiquero al que nos tienen acostumbrados los oportunistas de turno, sino, al concepto de las ciencias políticas de la realidad social.

Sobre la faz de la tierra el materialismo dialéctico e histórico sigue imponiéndose y reafirmándose en la certeza de la ciencia, demostrando que todo no era una cuestión efímera de los años sesentas como muchos pretenden hacer creer; para la muestra estamos nosotros: nuevos militantes del arte comprometido y con sello de clase, que queremos sacudir el pensamiento social con un teatro que rescata la esencia del legado brechtiano y que aporta nuevas ideas para un arte que por ser proletario, ya hace parte de la vanguardia.

Somos la oposición de los burlescos, sin pelos en la lengua nos proponemos aprender y exponer un punto de vista científico y depurado de cualquier prejuicio capitalista.  Somos la cara opuesta del teatro: los antípodas surgidos de la prole con obras que penetran el pensamiento del espectador y que buscan eliminar la pasividad sugestiva que el medio ha impuesto: accionar el pensamiento, escrutar las profundidades del cerebro para dejar las inquietudes que el teatro de la inmovilidad no deja.
Sí, aquí estamos con el brío renovado de la sangre nueva; somos los “ESOS” repudiados por los sabiondos; somos los negligentes, los de los bajos fondos que no se venden, somos contestatarios y ofensivos de los burlescos… y somos mucho más que eso.

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