TEATRO ANTÍPODA

lunes, 1 de junio de 2009

EL HECHO TEATRAL COMO UNIVERSO DEL ARTE

Puede que parezca exagerado en principio, que al hecho teatral se le impongan epítetos de índole semejante al universo; pero ni es el propósito de la comparación llegar a los extremos de la idolatría –sólo necesaria en el mundo de la farándula burguesa-, ni descargarle la responsabilidad de ser el primigenio de otros géneros artísticos y literarios. Porque no lo es.
El propósito de este empeño es más bien el de significar por su importancia, el carácter que tiene el teatro de abarcar en sí mismo, todo un cúmulo de géneros artísticos y literarios de los cuales se puede valer como coadyuvantes para llevar a cabo un espectáculo que con toda su estructura inicial y posteriori, podemos llamar Hecho Teatral.

No es necesario observar detenidamente para percatarse de la confluencia de otros tipos artísticos al espacio y tiempo del universo teatral: la poesía y la danza son dos mundos en uno que se enmarañan con artificio entre las redes del drama; el cantor comparte escena con los trazos difuminados del lápiz entre la bohemia atmósfera del claroscuro y el ardiente vivaz de los colores que en el lienzo fueron plasmados; o el constructivismo futurista con sus hierros estrictamente lineales, o estrictamente retorcidos para ser geométricamente necesarios, se funden con los movimientos milimétricos del comediante quien a su vez se confunde con las vibrantes notas musicales del violín, el piano o la guitarra; del charango, el cuatro o la zampoña.
¿Por qué la importancia del teatro? Porque es un género que no solamente vive sino, que también es desarrollado con una conciencia más elevada respecto a la realidad y respecto a otros géneros literarios y además, por su carácter de contacto directo con la sociedad, que en otras artes no es posible tener.
Más que un cuadro de Van Gogh, Picasso o Rivera, por ejemplo; o más que un tema musical de Quilapayún, del Ejército Rojo o Violeta Parra; o más que una novela de Máximo Gorki, León Tolstoi o un cuento de Lu Sin (aunque como ya se dijo más arriba: el teatro se puede valer de ellos), una gran obra teatral puede motivar a la acción. Inclusive cambiar conceptos y aunque el lector no crea, modos de vivir: (el teatro no es el cambio, pero muchas veces lo ha impulsado).

No es por el teatro como obra literaria, es por lo que contiene más allá de ese aspecto literal; utilizando la propia jerga teatral: lo que hay detrás de las bambalinas, cuando se confrontan el actor y el espectador para consumar el acto de la comunicación y el espectáculo. Es ahí donde se encuentra el álgido de su importancia.
Pues para ser sincero, el sólo tomar al teatro como género literario resulta aburrido. Cualquier lector desprevenido que aborde una obra teatral escrita podría desconcertarse en las primeras páginas… leer teatro es aburrido.
La obra teatral está escrita a través de una serie de códigos semióticos propios únicamente de la dramaturgia y descifrados por especialistas (directores, actores,…), que luego llevarán a la acción dramática a través del proceso de la creatividad, para ser más o menos revelados dentro de otro proceso semiológico del hecho teatral.
No quiero decir que la obra teatral literaria es inentendible por cualquier lector, pero el sabor real de la obra en definitiva, seguramente lo hallaremos en la puesta en escena como tal; en la presentación.
El teatro, como literatura, no tiene de la novela la facultad minuciosa de la descripción, pues ésta no es su naturaleza; pero cuando se lleva a cabo, cuando ya no es literatura escrita, entonces, en cierto sentido el teatro hace más parte del cuento por su como narrativa, que a otros géneros literarios. Es esa doble condición del teatro que apasiona.
Quizá Hamlet no hubiera sido tan interesante ni Madre Coraje se podría entender con mayor facilidad, si no las hubiesen contado desde la escena material del proscenio y los bastidores. Lo que fue escrito para los ojos imaginarios del actor y el director, transmutó para ser comprendido por la reflexión y la memoria imborrable de la gente.

El hecho teatral es una posibilidad en el universo de las contradicciones y hay que entenderlo como eso, como posibilidad y no como solución. Hay que verlo en el conjunto de las constelaciones artísticas que contiene para valerse oscilando en el espacio posible y en el tiempo posible, de los hombres posibles.

L. F. Nikho
antipoda2001@yahoo.com.co

1 comentario:

  1. poderia publicar um tradutor ao blog eu não sei nada de espanhol, fico grata.

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