TEATRO ANTÍPODA
GRUPO TEATRAL ANTÍPODA: Creado el 19 de Octubre de 2001
viernes, 3 de mayo de 2013
viernes, 15 de marzo de 2013
El Proceso de Depuración Por: L. F. Nikho
El
Proceso de Depuración
Por: L. F. Nikho
Y
ya que pienso que el teatro es un arte que no necesita talento sino trabajo, me
di a la tarea de buscar diferentes métodos acoplables a los inconvenientes propios
de mis compañeros actores, que ya tenían sus propias dificultades.
Nuestro acercamiento al teatro es cada vez más distante, tanto para el público espectador como para la gente que se mueve en su entorno: actores, directores, productores, dramaturgos, técnicos y demás. Me refiero a que el modo de producción actual, es más una especie de “híbrido de profesiones”, que teatro propiamente dicho.
Es
ya sabido que el teatro se hace desde casi siempre, inclusive si se tiene en
cuenta el nacimiento del teatro de occidente cuando los hombres rendían culto a
sus dioses o a los seres sobrenaturales en los que creían; la expresión, la
imagen y los símbolos han demarcado una pauta importante en el quehacer diario
de la existencia humana y el teatro no se ha quedado atrás de esta situación.
Pero
hay que entender que no sólo los sentidos propios o individuales deben importar
en este proceso, la correlación que existe con otros individuos-actores también
es importante, además que trascendente, ya que el teatro debe crear en el
individuo-actor tal conciencia de los sentidos, que éste a su vez debe procurar
una conexión que lo relacione directamente con los sentidos del o de los otros. Es como un intercambio de información que se da
como acción y respuesta al mismo tiempo.
El
individuo-actor va adquiriendo una conciencia lógica de su cuerpo y el “mandato”
que la idea tiene sobre él, dominando la acción corpórea y traduciéndolo luego
en expresión artística en un nivel más avanzado y consecuente; conociendo
las capacidades y límites de su corporalidad y las capacidades y límites que lo
relacionan con otros cuerpos.
He
ahí por lo tanto, la importancia de los ejercicios teatrales de la conciencia
física-motriz-cognitiva en la formación del individuo-actor: busca,
estimula, acciona, reacciona, observa, capacita, limita, formula, crea y
responde.
Visto
de este modo, la depuración empieza a obrar en el individuo, antes que en el
actor, de una manera gradual y conciente; pero esta depuración empieza desde un
punto que llamaremos “El Estado Más Uno”:
(E+1), es decir, el estado del conocimiento actual del individuo, llevándolo
luego a su propio desconocimiento: “El
Estado Cero”: (E0), para adquirir después un conocimiento diferente e ideal,
necesario en el teatro: “El Estado Menos
Uno”: (E-1).
Es
como purgar el cuerpo y desparasitarlo de
ciertas costumbres alimenticias, para luego acostumbrarlo a nuevas y más
sanas costumbres alimenticias. Por eso
se hace necesario un desequilibrio dentro del equilibrio para llegar nuevamente
a un equilibrio, esta vez, un equilibrio conciente.
Hemos
experimentado y aplicado al teatro esta teoría de la depuración mediante
ejercicios progresivos y de inversión, es decir, se empieza en un equilibrio
que es en principio el estado de esencia actual del individuo (E+1), luego marcamos
un desequilibrio en el que se busca eliminar transitoriamente esa esencia actual:
(E0) y luego, empezamos a equilibrar nuevamente una esencia pero
enfocada en otra concepción diferente que en principio el individuo-actor tenía: (E-1).
En este punto nos enfocaremos en el primer paso del equilibrio del individuo- actor y lo llamaremos: El Equilibrio del “Yo”. Tengamos en cuenta que el Yo (dentro del Proceso de Depuración), es la significación de lo interno como profundidad y esencia en la totalidad del cuerpo, de sus actividades motrices y cognoscitivas.
Hay
que entender que el Estado Cero no significa un punto nulo o sinónimo de tener la mente
en blanco, sino, un punto intermedio entre el conocimiento actual y el
conocimiento futuro. Es decir, un punto
de incertidumbre, de duda, generado básicamente por ejercicios que crean dicha
duda.
Al
principio de la formación actoral, hemos experimentado durante algunos ensayos con
una gran variedad de ejercicios y en los que estimulamos que el actor recorra
los espacios de su entorno físico teatral, teniendo en cuenta su naturalidad,
es decir, lo que es el individuo-actor comúnmente (E+1), luego tratamos que
incorpore movimientos y palabras nuevas para él, de un modo progresivo, y en
consecuencia, resulte adrede una personalidad diferente a la acostumbrada
“(actuar lo diferente)”.
De
algún modo, el Yo actual va desapareciendo y la incertidumbre organiza nuevas
ideas, la transición del estado cero causa un desequilibrio, pues el
individuo-actor no sabe cuál es el camino o hasta puede suceder que no lo
acepte (en principio). Así ha terminado
la primera etapa del proceso.
·
A) Empezar en el equilibrio actual de
conocimiento.
·
B) Ir hacia el desequilibrio al buscar nuevos
conocimientos.
·
C) Llegar al desequilibrio al confrontar los
nuevos conocimientos con los viejos conocimientos.
·
D) Estar en el estado cero.
Ya
las diferentes concepciones que le son novedosas al individuo-actor, orbitan en
su desequilibrio, ahora se plantea, experimenta, indaga, y busca encontrar el camino; después intenta acomodar
las piezas mediante el raciocinio y la adquisición de conceptos lo empujan a reorganizar
su esencia. Pero para ello ha desatado
una intensa lucha de aceptación adaptando así el segundo paso del Proceso de Depuración.
En
este proceso el significado puede llegar a variar respecto al significante
puesto que al desapegarse el individuo-actor de la cotidianidad semiológica
acostumbrada, recalará por obviedad en otros puntos de vista típicos y
multilaterales relacionados con el enfoque de un realismo dialéctico y
práctico.
“El Yo Esencial” es el resultado de la práctica conciente que ha pasado por el Proceso de Depuración. En este punto los conceptos han cambiado y la visión de las cosas es diferente en tanto que objetiva; ya no es la búsqueda de la esencia sino, ella misma; ya no es el punto cero sino, el -1; ya no es la incertidumbre sino la razón concreta con bases sólidas y fundamentadas.
Sin
embargo, a medida que la nueva esencia se va fortificando y acostumbrando, los
resultados van siendo óptimos.
Ahora sí, el Proceso de Depuración ha logrado uno de sus principales objetivos: el Yo Esencial, dialéctico, cognoscitivo, trascendente y corpóreo.
El
individuo-actor acepta esta concepción porque durante el Proceso de Depuración
estableció los parámetros de comparación y análisis que le permitieron crear
cambios internos para llegar a una esencia sólida.
(Dedicado
a los que han creído en mis ganas de hacer, a pesar de mis errores y por
supuesto, a todos y cada uno que han sido dirigidos por mí en el gran arte del
teatro).
L. F. Nikho
miércoles, 2 de enero de 2013
Contestación a los Burlescos
Por: L.F. Nikho
Pocos grupos teatrales tienen un conocimiento científico de su quehacer cultural y no es precisamente porque la academia haga sus mejores esfuerzos para la divulgación plena de un teatro proletario. Al contrario, todo aquello que sea mostrado a través de un verdadero concepto revolucionario es señalado con burla por los grandes detractores que pertenecen a un círculo cerrado de “artistas intelectuales” que se llaman así mismos: vanguardistas.
Cualquier
cantidad de expresiones de rechazo, críticas rebuscadas y hasta conceptos
ignorantes que reflejan indiferencia, deben soportar grupos que irónicamente
tienen una estructura de conocimiento, práctica y teoría más sólidas.
En
la vida diaria (y sin generalizar), aquellos anteojos de moda, los abrigos
negros, las sandalias de cuero, las batas anchas, la mezcla de hippie, indígena
y gringo en un solo atavío y una presentación personal descuidada como muestra
de una aparente rebelión, no son más que la identificación de intelectualoides
desesperados por llamar la atención y convencidos descubridores de “la nueva
era”: la era de las oportunidades.
Contra
todo este maleficio viviente, consumidores deprimidos de la sociedad; contra
sus conceptos sustraídos de la más miserable ignorancia; contra el vandalismo
reaccionario de los incapaces; contra el íncubo depravado de una cultura que
prostituye a millones de personas; contra todos ellos nos levantamos del
subsuelo a recordarles que el proletariado y los campesinos tenemos nuestra
propia cultura: una cultura liberadora.
En
los inicios del siglo XXI renace de las cenizas un concepto que quieren olvidar
quienes se han sentido aludidos por culpa de un teatro conciente de lucha y
comprometido políticamente, tienen mil excusas para querer sepultarlo. Y que se entienda que cuando se habla de un
teatro con compromiso político, no se trata del concepto politiquero al que nos
tienen acostumbrados los oportunistas de turno, sino, al concepto de las
ciencias políticas de la realidad social.
Sobre
la faz de la tierra el materialismo dialéctico e histórico sigue imponiéndose y
reafirmándose en la certeza de la ciencia, demostrando que todo no era una
cuestión efímera de los años sesentas como muchos pretenden hacer creer; para
la muestra estamos nosotros: nuevos militantes del arte comprometido y con
sello de clase, que queremos sacudir el pensamiento social con un teatro que
rescata la esencia del legado brechtiano y que aporta nuevas ideas para un arte
que por ser proletario, ya hace parte de la vanguardia.
Somos
la oposición de los burlescos, sin pelos en la lengua nos proponemos aprender y
exponer un punto de vista científico y depurado de cualquier prejuicio
capitalista. Somos la cara opuesta del
teatro: los antípodas surgidos de la prole con obras que penetran el
pensamiento del espectador y que buscan eliminar la pasividad sugestiva que el
medio ha impuesto: accionar el pensamiento, escrutar las profundidades del
cerebro para dejar las inquietudes que el teatro de la inmovilidad no deja.
Sí,
aquí estamos con el brío renovado de la sangre nueva; somos los “ESOS”
repudiados por los sabiondos; somos los negligentes, los de los bajos fondos
que no se venden, somos contestatarios y ofensivos de los burlescos… y somos
mucho más que eso.
martes, 25 de diciembre de 2012
Her-manos de Arte
Her-manos de Arte
Por:
L. F. Nikho
Cuando
al intentar derribar las barreras de la simplicidad y lo cotidiano, y al
entendernos en una misma búsqueda de querer transformar el mundo que nos
oprime, se siente un gran alivio y “un no sé qué de no sé dónde” al sabernos en
el camino de lo cierto.
En
la ciudad de Bogotá el 15 de diciembre de 2012, nace un grupo teatral cuyo
nombre está por definirse y cuya esencia es de sangre proletaria.
Bienvenidos
ellos a este miasma que supura la miseria, porque aliviaran la carga que otros
ya llevamos en las espaldas; bienvenidos a redimir el arte de la escena y la
palabra, porque en verdad necesitamos de sus fuerzas.
El
compromiso es seguir y persistir; es ser redundantes en la lucha hasta el
cansancio infinito que la guarda, es saber que del arte proletario somos la
carne renovada.
Nos
empeñamos por un teatro necesario, capaz de tener una posición crítica frente a
la vida, y frente a las injusticias de ayer y las de hoy, nos empeñamos y
esmeramos porque somos hijos de este mundo, de esta época en sí determinada, de
este contubernio malogrado entre el arte y la práctica, de esta infinitud de
paciencia raída por las lágrimas.
Ahora
que han empezado este camino les auguramos que el éxito no viene por sí solo… ni
sólo; hay que sacrificarse y ser constantes, hay que continuar a
pesar de todo, pues ese es el sentido de la lucha. Nada será gratuito sino los aplausos que al
fin de cuentas son más valorizados; nada
de ahí en adelante será igual, pues el teatro, con su devenir y su existencia,
deja huellas profundas que alimentan.
Bienvenidos
compañeros a asumir y compartir la responsabilidad del arte necesario, a la
construcción de los nuevos espectadores que cada vez serán más exigentes. Bienvenidos a la única patria de los sueños
compartida en escenarios sin limitaciones entre el público y el actor;
bienvenidos al cemento duro de la calle, a las luces parpadeantes de la sala,
al nervio sudoroso de la escena y por qué no, bienvenidos a la lucha
proletaria…
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